lunes, 20 de diciembre de 2010

Macabra Navidad

Alfa Centauro, Tiempo Real del Universo.


Me dirigía hacia el domo principal, una estructura hecha en su totalidad de cristal donde se planean las misiones de investigación de nuestra galaxia.

Sabía que no podía escaparme esta vez, las otras veces salí airoso gracias a mi trabajo en investigación de nuevas formas de vida en una luna cercana, la cual está habitada solo de vida absolutamente vegetal, lo cual era mi especialidad “Crecimiento de nuevas formas de vida desde una perspectiva diferente a la conocida.” Algo que sencillamente me encanta.

Entre al salón tratando de no ser notado por el Concejo de Ancianos. Este concejo está compuesto por 24 seres, los cuales son los más sabios en la Galaxia. Nuestra forma de comunicación con ellos es por medio de la telepatía, por tanto es muy difícil o es casi imposible engañarlos.

Mi corazón palpitaba nerviosamente cuando me senté. En el domo tenemos lugares específicos, siempre nos sentamos en el mismo lugar y de donde estemos las miradas de los Ancianos siempre nos alcanzan, la telepatía es fuerte en ellos. En el momento que me inclinaba para tomar mis apuntes alce la mirada y me tope con los ojos de uno de los ancianos que en mi cabeza repetía: –“¿a que le temes? Tranquiliza tu mente porque desarmonizas el grupo”. Un escalofrió recorrió mi espalda, trate de concentrarme en lo mío que es una nueva especie que encontramos en esta luna la cual tiene actitudes de felino, esta planta se alimenta de agua y de minerales en la superficie pero tiene una facilidad de caminar y de hacer una especie de gruñido o más bien un ronroneo. Imagínate una flor que se mueve y ronronea. Yo estaba maravillado con este nuevo descubrimiento y eso que no soy fácil de impresionar ya que en este trabajo he visto de todo. Había llevado un espécimen de esta planta conmigo, por supuesto que ya se había convertido en mi mascota y guindaba de mi cuello ronroneando, constantemente ayudándome a pensar en otra cosa. Me costó mucho ponerle un nombre ya que estos seres no tienen sexo definido pero al final después de convivir con ella le puse “Flo”, este nombre delataba mi mente absolutamente esquematizada ya que no se me ocurría nada más que el diminutivo de flor. Muy poco original pero como era para fines de estudio no pensé que fuera tan importante.

Después de escuchar los maravillas descubiertas por mis compañeros me llego la hora, el concejo no te llama sencillamente te espera, si no se está atento se crea una especie de tensión en el ambiente, algo que nadie quiere provocar. Me levante despacio hacia el frente con Flo en el cuello y comencé con mi reporte, cuando concluí sencillamente recogí mis cosas incluyendo a mi animal-planta y me dirigí a mi lugar.

En este tipo de reportes no se esperan premios o aplausos todo lo que hacemos es para mejorar nuestra vida y ayudar a otros seres, por lo tanto todas nuestras investigaciones tienen que tener un beneficio en conjunto ya sea para nosotros así como para el resto de la galaxia.

Cuando los ancianos comienzan a hablar de sus conclusiones y asignar nuevas tareas, hablaron del planeta Velatropa 24.3, en ese momento mi calma paso al olvido y mi ansiedad creció, no tenía intención de rechazar ninguna misión o investigación ya que si lo haces nadie te juzga pero ya no te asignan a cosas importantes y maravillosas, pero ir a Velatropa 24.3 no estaba en mis planes.

Velatropa 24.3 es un planeta muy convulso y lleno de cosas que jamás te imaginas, de contrastes impresionantes los cuales nunca he tenido el agrado de estudiar, pero según los reportes que he escuchado de mis compañeros es un planeta el cual está urgido de ayuda porque están al borde de su propia destrucción; por ese mismo motivo los ancianos mandan grupos enteros especializados en diferente aéreas ya sea la reproducción, vida en diferentes formas y muchas cosas más.

El problema es que los Velatropanos no están acostumbrados a los visitantes, entonces tenemos que adoptar sus formas (cultura, tradiciones, comunicación) desde las maneras más simples hasta las más complejas, para no llamar la atención.

Para mí que no había tenido la experiencia de visitar ese planeta las informaciones de mis compañeros me asustaban de manera impresionante y por lo tanto no quería ir allá. No porque no quería ayudar a ese planeta sino porque pensaba que mi trabajo no es compatible con este tipo de investigación. Claro está que ese era el pretexto que yo siempre decía para no ser asignado a Velatropa 24.3.

Los ancianos explicaron la importancia de analizar en Velatropa el comportamiento de sus habitantes dominantes con respecto a las otras especies que habitaban en el mismo. Los ancianos anunciaron que la investigación era transcendental para el crecimiento de la comunidad intergaláctica. (Para que entendamos un poco a que se refieren los ancianos con esto me atrevo a hacer una pausa en mi relato con el fin del aclararlo.)

Como sabemos todos somos parte del Universo, todos somos uno con el Universo, algo por ejemplo como el cuerpo humano, si en el cuerpo existe algún desequilibrio que pueda poner en peligro el sano desarrollo del cuerpo hay medidas con las que él se equilibra a si mismo, de igual manera en el Universo, existen formas que equilibran lo que no se encuentra bien para el sano desarrollo de la Galaxia. Pues bien con Velatropa 24.3 siempre ha habido este tipo de proceso para el sano desarrollo de la misma y por consecuente de la nuestra Galaxia.

Continuando con el tema principal los ancianos citaron que para esta misión en especial se ocupaba alguien que haya desarrollado estudios en crecimiento y comportamiento de los entornos o ambientes de diferentes especies.

En ese momento una gota de sudor frio recorrió mi mejilla, cuando la mirada directa y serena de los ancianos anuncio mi próxima misión.

Me quede pasmado - ¡No podía ser! Mis más grandes temores afloraron en ese momento, el problema está en que cuando la comunicación es telepática las mentiras no existen, no podía esconder mi inconformidad con este asunto. Tenía sentimientos encontrados por un lado el reto de la investigación y por otro el miedo a las características inestables en ese planeta.

Los ancianos al ver mi reacción me señalaron que siempre estaría yo resguardado por la federación intergaláctica, que en cualquier inconveniente seria extraído del Velatropa 24.3 de inmediato, algo que no me aliviaba la presión por supuesto, lo único que se me ocurrió decir fue:

_ Si era yo absolutamente indispensable para la tarea, asumiría la misión.

Y así empezó mi entrenamiento de las costumbres, lenguas y demás para ir a ese planeta que entre más lo estudiaba más me asustaba su condición.

Mis compañeros que habían ido a diferentes misiones trataban de ayudarme con sus experiencias, yo trataba de canalizar todas esas cosas de la mejor manera, pero a pesar de eso nada dejaba de asombrarme.

Paso el tiempo prudencial y ya estaba más emocionado que asustado y cuando me di cuenta ya viajaba en una nave intergaláctica rumbo a Velatropa 24. 3.

De camino el comandante de nuestra nave me llamo y me mostro por la ventana nuestro destino, Valatropa 24.3. Quede maravillado, una sencilla estrella de color azul pálido, pero al mismo tiempo brillante, sentí una nostalgia extraña, una afinidad por ese pequeño punto azul.

Llegamos a nuestra base submarina en unos de los grandes océanos que tiene este planeta, según me explicaron mis nuevos compañeros en la base, los habitantes de allí le llaman el Océano Pacifico.

Nuestra base está ubicada estratégicamente más o menos en el centro de este gran océano para tener una mayor facilidad de llegar a los diferente lugares y así lograr un rápido desplazamiento, ya que los habitantes de allí son belicosos con lo que no conocen y tienden a destruir por temor, nuestra tecnología es mucho más avanzada con un solo rayo podemos eliminar al planeta completo; por eso tratamos de evitar cualquier tipo de contacto y no así no tener que defendernos.

Cuando me ubicaron, curiosamente me presentaron a unos habitantes de ese planeta que trabajaban en la base ayudando en la investigación del mismo, inmediatamente los aborde con preguntas y al final en son de broma me dijeron que ellos se autodenominaban terrícolas o humanos no especímenes de estudio. Cosa que tuve muy presente a la hora de presentarme en el futuro con nuevos seres de este tipo.

Me dejaron en las inmediaciones de una ciudad la cual tenía cerca unos bosques ya que ese era mi objetivo el comportamiento entre las especies en sus entornos, en la cuidad ruidosa y sucia vi cosas que me impresionaron, caminaba por la misma haciendo mis anotaciones de poca vegetación y por un momento no preste atención a los implementos decorativos en la ciudad los cuales hablaba de las cuestiones típicas de los terrícolas, pero al ir caminando incremento mi curiosidad por estos y me despertó la curiosidad el ver tantos adornos con las mismas características, en muchos de los lugares aparecía un ser vestido de rojo con pelo y barba blanca con unos animales con cuernos y un trineo de nieve.

Me dije: -Ese debe ser su Dios.

Después de analizar los comportamientos de las personas, vi que era el momento adecuado para abordar a uno de su especie, me atreví a preguntarle a un terrícola como se llamaba ese dios, este terrícola de aproximadamente 1.20mts de estatura, ósea un macho joven de la especie, me miro extrañado y me dijo:

-¿De dónde es usted? Yo no sabía si decirle exactamente de donde, pensé que mejor no, ya que me habían advertido de la manera en que reaccionaban, entonces dije:

- De muy lejos.

El joven macho me respondió: - Es Santa Claus.

Mi intriga era peor y le pregunte:

-¿Es su Dios?

-No creo - me dijo el joven pensativo, me quede esperando, pensando entonces ¿qué importancia tenía este personaje en la ciudad?, cuando el joven macho hablo de nuevo:

_ En esta época del año se celebra la navidad, es cuando el niño Jesús nació y Santa les trae regalos a todos los niños del Planeta. Pero en realidad sé que mi papa y mi mama los compran.

Inmediatamente entre en razón de que se trataba de una tradición y sin más preguntas me despedí de mi informante dirigiéndome al bosque anotando mi nuevo descubrimiento:

-“Santa Claus hombre mitológico que trae según la tradición regalos a los diferentes especímenes jóvenes en esta época del año. No olvidar ver en la historia de donde proviene la tradición”.

Llegue al bosque un lugar muy diferente a la ciudad, muy tranquilo, sintiéndome muy seguro. En este lugar observando y tomando muestras me entretuve mucho rato. En Alfa Centauro podemos comunicarnos con todas las especies gracias a la telepatía y bueno en este planeta no fue diferente, escuche y anote los diferentes comentarios y sugerencias de los diferente especies tanto vegetal como animal, hasta me gusto el planeta y mi pensamiento ya era otro.

Me decía: - ¡No me parece tan malo… yo siempre exagerando!.

Pero en el momento que estaba tratando de tomar una muestra de un árbol que no me quería dar permiso ya que pensaba que lo iba a lastimar, me encontraba concentrado en mis argumentos, convenciéndolo que no lo iba a pasar nada cuando de pronto el bosque se aquieto, todo quedo en silencio y una sombra gris se apodero de él, yo me quede a la expectativa, pregunte al árbol que pasaba y su respuesta fue el temor… un silencio de muerte se apodero de él.

Escuche voces de terrícolas, ruidosas y abrumadoras rompiendo la armonía del lugar, me escondí para observar el comportamiento de estos seres con ese entorno.

Comenzaron a señalar los arboles de una especie especifica la que yo estaba estudiando y con unos instrumentos comenzó la matanza, cerré mis ojos y trate de no escuchar los gritos del árbol al cual penosamente estaban torturando, mi inmediata reacción fue correr a rescatar a mi nuevo amigo, pero me habían advertido que no podía interferir. Vi como cercenaban al indefenso árbol por su parte inferior el cual cayó al suelo con todos sus habitantes ya que era hogar para muchas otras especies.

Lo último que escuche de mi amigo fue: _ “No me dejes solo” y así lo hice, los seguí a pesar del temor de pasar por su misma suerte.

Vi como lo llevaban arrastrado hasta un lugar el cual era como una especie de refugio para los terrícolas, lo pusieron en posición vertical lo prensaron con unas piedras y unas tablas simulando sus raíces mientras mi amigo moría lenta y dolorosamente, luego lo más extraño fue que le pusieron luces y objetos de colores. Me quede observando hasta que mi amigo finalmente murió… sentí una desolación absoluta.

Camine por la ciudad sin rumbo, tratando de entender lo que acaba de ver, mis compañeros me habían advertido de situaciones como estas, pero jamás pensé que iba a ser testigo de una, seguí caminando desorientado haciéndome preguntas sin respuesta, hasta que finalmente vi a mí pequeño informante sentado alimentándose de algo que tenía entre sus manos, me saludo y me ofreció de su comida, sin decir una palabra me senté a su lado y le pregunte sobre lo que acababa de ver, solo me dijo:

_ Para celebrar la Navidad todos los años en estas fechas en mi casa mi papa lleva un árbol, lo adornamos y ponemos los regalos debajo de él y después de unos días, pasadas estas fiestas lo tiramos.

No daba crédito a sus palabras y sin pensarlo le hable indignado:

- ¿Lo tiran, como si no fuera nada? ¿Para celebrar la Navidad? ¿Pero la Navidad no significa nacimiento de su profeta?, pero los arboles tienen vida… el joven macho me miro y me contesto:

_ Sí, eso mismo.

Mi mente no funcionaba bien, me quería ir a dar mi reporte de la indiferencia de estos seres con respecto a las otras formas de vida en su entorno, entonces el joven me dijo:

“_Yo creo que usted señor tiene razón, en la escuela me dicen que no tenemos que cortar árboles y al final del año la maestra trae un árbol de navidad a la nuestra clase, pero yo pienso que no todos somos iguales, hay personas como usted que no le gusta la matanza. Después de una pausa continúo diciendo:

-Creo que a mí tampoco; una vez cuando mi papa cortó un árbol en el cual yo jugaba me sentí muy mal.

Pero luego su tono de voz cambio de triste y melancólica a esperanzadora y feliz y de un grito me miro y me dijo:

-“¡Pero sabe que señor, yo no voy a cortar un árbol esta navidad le voy a decir a mi papa que no lo haga! . Quédese tranquilo que yo le digo”.

En ese momento no sabía que pensar, ¿como iba a dar mi reporte, lleno de contradicciones?, por un lado veo que estos seres o terrícolas se matan entre ellos, se hacen cosas horribles, lo mismo le hacen a sus cohabitantes, destruyen su entorno, asesinan a sus animales y les hacen cosas inimaginables, pero a pesar de eso me encuentro con un macho joven de la especie queriendo cambiar las cosas, ¿qué puedo concluir de este planeta?, ¿será que se salva de su propia destrucción? ¿Será que más de estos pensamientos logran inclinar la balanza antes de que sea tarde? ¿Sera que el humano como raza dominante llegue a la conclusión por ellos mismos, por la cual el Concejo de los Ancianos de la Galaxia tanto han trabajado para tener un sano desarrollo, elevar todos la conciencia galáctica? ¿Sera que esta especie sobreviva a su propia ignorancia?

Decidí entonces quedarme unos días más, mi parte científica no me dejaba marchame tenía que seguir estudiando a esta especie tan interesante.

Después de unos días de estudio en otras ciudades y diferentes bosques recibí un mensaje directo del consejo que era hora de dar mis conclusiones. Me dirigí entonces hacia la base submarina de inmediato, para mi traslado.

Ya en la nave tenía varios días antes de llegar a Alfa Centauro, entonces comencé a preparar mi informe, reflexionando en todo lo que me había pasado, pensaba en mi pequeño informante alimentándose de algo alto en azúcar, con una calma y seguridad en lo que me había dicho. Eso me dejaba intrigado, pero al final pude terminar mis conclusiones y estaba ansioso por dar mi reporte.

Cuando llegamos a Alfa Centauro de inmediato me dirigí al domo con una calma nunca antes vista en mi, entre al lugar despacio y lo primero que hice fue buscar las miradas del concejo de ancianos que ya me estaban esperando. Me dieron la bienvenida, yo les correspondí con una pequeña reverencia de saludo y sencillamente comencé con mis conclusiones y cerré las mismas con el siguiente comentario:

“-Humanos especie en peligro de su propia destrucción, gracias a la ignorancia de cómo funciona su entorno, así mismo no entendiéndolo lo destruyen, pero a pesar de eso estoy convencido gracias al contacto con un macho joven de la especie que existe la posibilidad de que los habitantes de este planta puedan cambiar su forma de pensar.

Propongo cambiar mi misión de investigación de hasta cierto punto de testigo mudo del acontecimiento terrícola para intervenir directamente en la instrucción de la especie, refiriéndome con esto a la enseñanza directa de los terrícolas de todas las edades para poder llevar a cabo lo que tanto deseamos todos, el sano desarrollo de la Galaxia. Creo firmemente que esta especie tiene esperanza”.

Concluí con mi reporte y un silencio incomodo se apodero del domo, nadie esperaba que yo quisiera volver a Velatropa 24.3 y con semejante misión. Después de ese momento embarazoso, los ancianos que todo lo saben, aprobaron mi propuesta haciendo de inmediato mi traslado permanente junto con Flo, a la base submarina en el Océano Pacifico de este interesante y hermoso Planeta, y de allí llevar a cabo mi misión instructiva del despertar de la consciencia de los seres humanos.

Sin temor a lo que me sucediera simplemente por el amor que me hizo sentir ese pequeño, decidí que vale la pena luchar por Velatropa 24.3, ósea para los no intergalácticos sencillamente La Tierra.